No dejes que un turbo defectuoso te detenga, ¡nosotros lo resucitamos!
- 1 Pérdida notable de potencia: Si pisas el acelerador y tu motor no responde como antes, es una señal clara de que el turbo está fallando.
- 2 Aumento en el consumo de combustible: Un turbo dañado obliga al motor a trabajar más, y terminas gastando más en cada tanque.
- 3 Humo excesivo y emisiones: El humo negro o excesivo suele indicar problemas graves en el sistema de turboalimentación.
- 4 Ruidos o vibraciones extrañas: Golpeteos, zumbidos o vibraciones al acelerar son señales de daños internos.